Carta escrita a mano

Carta a un Adolescente

Hola,

No quiero partir escribiendo esta carta preguntándote ¿Cómo estás? Porque supongo que no tan bien como quisieras. Sé que en este momento estás empezando a leer esta carta, y sí, va dirigida solo a ti, así que te pido que no pares de leer y llegues hasta el final.

Me imagino por lo que estás pasando. Que has pensado en tirar la toalla varias veces y has sentido que ya no puedes más. No voy a decirte “todo va a estar bien” porque probablemente pienses que no será así, y tampoco te diré que  “no estés triste” porque es válido sentirse así y pensar en querer rendirte, pero no de la forma que tú piensas. Rendirse significa cansarse, fatigarse, pero también sus sinónimos son vencer, someterse, sujetarse. Te Hago estas preguntas ¿A quién te vas a someter? ¿A quién te vas a sujetar? ¿Con quién puedes vencer?

La respuesta es quién te dio la vida y te ha sostenido hasta hoy. Quién ha tenido misericordia de ti, sí, ese Dios bueno.

No puedo saber, ni sentir cuál es tu dolor o qué es lo que cargas a tu espalda. Sólo puedo imaginarlo. Alguna vez, pensé lo mismo. Renunciar a todo y llegar al punto de no querer existir más. Afortunadamente, nunca intenté nada y mis dolores fueron sanados al conocer a Dios.

Tener que lidiar con esos pensamientos en tu cabeza es como un huracán a punto de destrozar todo a su paso.

Si has llegado hasta aquí leyendo esta carta sólo quiero decirte que Cristo te ama y no es algo repetitivo. Es algo real que puedes experimentar. Él puede cambiar tu vida, pensamientos y emociones. Puedes vencer esa guerra que estás enfrentando en tu mente: traiciones, burlas, abusos, dolor, vergüenza.

No sé cuáles son las razones que te han llevado a querer terminar con tu vida, pero sí sé que hay una esperanza, una razón para que puedas seguir adelante: Eres tú mismo. Eres valioso y es por eso que Dios te ama.

Jesús no está ajeno a tu dolor y te conoce mejor que tú mismo, hay una frase que leí en alguna ocasión “No dejes que tu barco se hunda en el mar de tu dolor cuando tienes una Roca eterna frente a ti”.

Te invito a detenerte y pensar solo una cosa: ”la solución” a todo lo que vives hoy es Jesús, quien venció la muerte para darte vida. No sabes cómo me gustaría estar frente a ti ahora y darte un gran abrazo, pero sé que ese abrazo te lo da Dios, porque te ama.

Por último, te digo y te pido por favor que busques ayuda. No calles lo que sientes, ya que siempre va  haber alguien a tu alrededor que quiera ayudarte. Saca todo lo que está en tu corazón, compártelo con alguien y verás que eso te hará libre, traerá paz y nuevas fuerzas. Preséntate a Dios tal cual estás. Nuestro Dios escucha la oración y clamor de quien se acerca a él y con toda seguridad recibirás respuesta…Dios te bendiga.