Estimado o estimada joven, desde mi corazón quisiera expresar algunas palabras. Creo que puedo comprender lo que estás viviendo, cuando personas quienes considerabas tus amistades, te han molestado y aislado. Cuando te han dicho palabras que hirieron tu corazón hasta lo más profundo. Y parecen disfrutar de lo que cometen, porque cada vez que tienen una oportunidad de herirte, lo hacen nuevamente.
Puedo entender lo que estás sintiendo; muchas veces te desvelas en las noches pensando qué hacer para que no sigan lastimándote, o piensas como vengarte, esperando que a quienes te molestan, también les pase lo mismo. Otras veces tal vez pareciera que tu corazón se acelera y te falta el aliento, como que estás en medio de una pesadilla. Incluso puede haber días en los que es tanto el dolor que sientes, que preferirías dormir y nunca más despertar, para no seguir más con ese sufrimiento que duele tanto en el alma.
Sé que puedes sentir soledad, como que nadie puede comprender lo que te pasa. Tal vez te has aislado en tu dormitorio, lloras a solas y ya no sabes qué hacer. Tal vez a ratos sientes que ya no vales nada, que nadie podrá amarte tal como eres, y has dejado de hacer las cosas que antes te gustaban.
Todo eso es muy duro y difícil de soportar. A todos nos gusta ser aceptados y queridos por nuestros pares. Pero déjame decirte en primer lugar, que esto que estás viviendo, no es tu culpa. A veces los grupos atacan a quienes sienten diferente, pero el ser diferente a otra persona no es algo malo. Todos somos diferentes, porque así fuimos creados por Dios, y cada cual tiene su propósito. Y esto es lo segundo que te quiero decir: Dios te diseñó y te ama, te ama más allá de todas las dificultades y de todo lo que puede haber pasado. Él tiene un plan y un futuro para ti, porque eres hija o hijo de Dios. Y ese futuro es más grande que los problemas por los que estás pasando ahora.
Así es que te animo a decirle a Dios: “Amado Dios, ayúdame a confiar en tu amor, y a verme con tus ojos, como soy para Ti. Aunque no lo puedo sentir en este momento, decido creerte. Ayúdame a escuchar la voz de Tu Hijo Jesús, el que dio su vida por amor a todos Tus hijos, para encontrar mi camino, mi valor y verdadera identidad.” Y busca también a personas que te puedan ayudar o que te hayan ayudado en el pasado, porque Dios puede actuar a través de esas personas, para consolarte y sanar tus heridas.
Con amor, T.