CARTA A UN ADOLESCENTE LASTIMADO
Entiendo que estés desanimado y frustrado por las situaciones que vives en tu colegio. La vida no es fácil cuando hay violencia y se vuelve insufrible cuando otros no respetan tu espacio vital, tus gustos, tus intereses, tu apariencia física o tu fe.
Probablemente piensas que quienes te hacen daño no te respetan, que lo hacen desde la burla o del resentimiento porque quieren tener lo que tú tienes o desean castigarte de alguna forma para demostrar que vales menos que ellos. Déjame decirte algo muy importante, quienes te molestan y te hacen la vida imposible también son víctimas de sus propias experiencias de vida. La ira que manifiestan es simplemente el reflejo de la acumulación de abusos, frustraciones, abandono, negligencia de sus padres y otras crisis similares que los han ido cargando hasta lo intolerable, y así, la violencia se transforma en una válvula de escape para sus doloridos corazones.
No es mi intención pedirte que los entiendas. Sé que estás muy afectado para eso. Tampoco deberías soportar el abuso o el maltrato, sería muy injusto y no se puede permitir la violencia en ninguna de sus formas. Tampoco es una solución tomar venganza cuando se presente la oportunidad porque la violencia sólo genera más violencia y este mundo se muere por falta de amor. Allí se encuentra el origen de tu frustración. De allí surgen esos sentimientos que te producen angustia y temor, de esa rabia contenida que te hace preguntarte por qué te tenía que pasar a ti, o si realmente vale la pena vivir.
Déjame contarte que yo también pasé por eso, a mí también me abusaron y violentaron. Pudiendo cambiar la historia soporté lo que me hicieron y no abrí la boca para pedir ayuda a quienes observaban. No te dejes vencer por la desesperanza. Cuenta conmigo cuando necesites una palabra de aliento o sentirte seguro en medio de la injusticia. Yo estaré allí para ti y contarás con mi apoyo permanente, te escucharé pacientemente y juntos buscaremos una solución al problema que te aqueja. De sobrenombre me pusieron el siervo sufriente porque quiero dar mi vida a cambio de la tuya. Por eso quiero ser tu amigo, tu protector, tú confidente, recibe este regalo gratuitamente, mi nombre es Jesús y te amaré siempre.