Carta escrita a mano

“Carta a un o una adolescente”

Me gustaría que pudieras ver cómo te veo, sí, como yo te veo, como veo aquella lucha cotidiana que tienes contigo mismo o misma. Me gustaría que pudieras entender que no fue, ni es tu culpa, que aquel dolor que ahoga, que enceguece, ese tan inmenso, tú sabes cual, disminuirá. No es un fácil cometido, no te mentiré, parece imposible ahora, lo sé …pero déjame contarte que es verdad, yo lo viví… y déjame decirte también que no estás sola, no estás solo, aunque así lo sientas, aunque así lo percibas con todo tu ser, aunque el abismo de la soledad nuble tus pensamientos, te pido, te imploro que te abraces, que te des una oportunidad, ten compasión contigo. Perdona si soy reiterativa, pero necesito que lo oigas, una infinidad de veces: no estás sola, no estás solo.

Sé que te parecerá una utopía quizá, pero hay personas por ahí, cerca o quizá no tanto, no importa demasiado, personas que te quieren, que te aman, para quienes lo eres todo y más. Dales la oportunidad de oír, de oírte, merecen la verdad, tu verdad… esa que deambula noche a noche esperando que la dejes salir.

Si ese dolor no te deja dormir, si ese dolor no te deja respirar, ni pensar con claridad, no guardes silencio, nunca, te lo pido con mucho amor. Habla, o grita si así fuera necesario, como tú quieras, pero no guardes más silencio.

No te rindas, te lo pido, eres más de lo que hoy logras comprender, tú vales y te necesitamos aquí, y tu verdad es justicia, es valor para aquellos que, como tú, a veces guardan silencio, ¡pero no más!