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Ansiedad y depresión: ¿Cómo diferenciar?

Tiempo de lectura: 3 minutos

Muchas personas restan valor a los problemas de salud mental, al considerar que no tienen mayor impacto que una dolencia física; sin embargo están en un error, porque al sufrir un trastorno emocional, podría disminuir su calidad de vida. Un dato bastante significativo es que los países con mayor nivel de desarrollo, presenta individuos con síntomas de alguna enfermedad neuropsiquiátrica, hasta abordar un 12% de toda la población.

Para ir más allá, los datos estadísticos para el 2020 no son nada alentadores en cuanto a la ansiedad o depresión, porque podría constituir la tercera razón o causa de muerte en los sujetos. Incluso, desplazar a las enfermedades coronarias o los accidentes de tránsito como primer y segundo motivo. Para los países europeos, alrededor de un millón de personas han sufrido cuadros severos de ansiedad o depresión. Para los amantes de los números, alrededor de un 25% de mujeres y un 12% en la población masculina.

Otros datos recopilados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) da fe que las mujeres son más propensas en sufrir cuadros depresivos y también de ansiedad. Esto no quiere decir que los hombres no están exentos de un evento similar, pues tienen la mitad de riesgo de sufrirla que las féminas. Asimismo, la Organización estima que hombre y mujeres agudizan este problema entre los 20 y 40 años de edad. Lo positivo del asunto es que mientras una persona tenga más edad y madurez mental, serán menores los escenarios para enfrentar estos problemas de salud mental.

No es tarea fácil encontrar diferencias entre ansiedad y depresión, pero si resulta cómodo establecer cada una de sus semejanzas, ya que comparten síntomas que generan confusión entre una y otra. El episodio que las genera podría ser el mismo, partiendo que ambas son sinónimos por su sintomatología. No obstante, cada persona reacciona de manera distinta a un cuadro incómodo porque, para algunos representa ansiedad o una gran depresión; todo depende del entorno.

Planteado estos antecedentes y el porcentaje de padecer ambos malestares mentales, es momento de divulgar algunas diferencias para separar sus implicaciones:

Diversos modos de interpretación

La ansiedad y depresión van de la mano o se manifiestan mediante un episodio que las hace detonar. Estos sucesos tienden a ser externos o internos. Por ejemplo, si un sujeto se siente amenazado por algo o alguien, el sistema nervioso se disparará, cuyo sentido de alerta hará que se sienta ansioso y sin saber cómo actuar para asumir el riesgo. Ahora bien, si dicho sistema detecta un fallo o fracaso en un proyecto de gran importancia, habrá un proceso de conservación que da lugar a un estado depresivo.

Miedo y tristeza

Bajo los efectos de la ansiedad, el miedo se hace presente con cualquier tipo de amenaza o situación extrema, cuyo individuo no sabe cómo enfrentar para salir adelante. Por ejemplo, caminar de un lado a otro, tomarse de los cabellos o comerse las uñas cómo método de desesperación son algunas reseñas de un individuo ansioso. Los niveles en el sistema nervioso se disparan al tope, ocurriendo todo lo contrario cuando está presente la tristeza, cuando los valores disminuyen drásticamente hasta provocar la depresión.

Cuadro clínico

La ansiedad ofrece un abanico de opciones de cómo manifestarse, originando problemas de carácter cognitivo o psicofisiológico. El síntoma por excelencia de alguien ansioso es el dolor de cabeza, estomacal o desarrollar un cuadro de diarrea incontrolable, mareos, muchos deseos por orinar, taquicardias, temblor de manos y resto de l cuerpo, falta de respiración, entre otros.

En el otro extremo está la depresión con grandes sentimientos de culpa que van deteriorando los niveles de autoestima o sus capacidades para responder a ciertas acciones que requieren del máximo potencial. Generalmente, este sector muestra cansancio de hacer actividades o hasta de vivir, falta de apetito, sin motivación por resurgir, insomnio o desconcentración en su vida cotidiana.

Futuro y presente

En cuanto a la ansiedad, es mejor prevenir clínicamrnte que todos los síntomas anteriores desemboquen con más fuerza en el futuro, además que puede tratarse con mayor rapidez si la persona está consciente de su problema para manejar situaciones de apremio. Por otro lado, la depresión si es un problema vivido en el presente, con serios problemas en la degradación del autoestima que corresponde trabajar inmediatamente con un psicólogo. Acá no hay futuro, sino actuar con inmediatez para evitar sorpresas desagradables.

Variables

Una persona que presenta un cuadro de ansiedad no tiene grandes alteraciones, a menos que sea un caso bastante agudo que requiera grandes esfuerzos de especialización. Tratándose de estos casos complejos, la ansiedad si tiende a ser progresiva con el transcurrir del día. Por ejemplo, el sujeto despierta agitado, para culminar el día con un gran episodio incontrolable de malestar o sensación de miedo terrible. Sin embargo, en los diagnosticados con depresión, si las hay, yendo de menor a mayor. Acá hay que prestar mucha atención en los deseos o acciones de paciente.

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