Cuando llega la noticia de que uno de nuestros cercanos o seres queridos muere por un suicidio, las emociones y sentimientos llegan de golpe y embargan a las personas de manera abrumadora dejando una sensación de dolor que muchas es desgarradora. Vivir un duelo a raíz de este tipo de muerte, suele ser distinto a otros tipos de duelos. En el artículo de hoy, veremos algunas de las emociones que puedes sentir y algunos pensamientos para poder atravesar este proceso tan doloroso.
Entendiendo tus emociones.
El suicidio de un ser querido desencadena emociones intensas. Un sentir muy predominante entre las personas cercanas al fallecido, está relacionado con pensamientos de culpa, preguntándose si podrían haber hecho algo para evitar la muerte de su ser querido. Sin embargo, esta es una de las distintas emociones que puedes atravesar a lo largo de esta experiencia.
Shock. La primera reacción hacia esta realidad, está ligada a una conmoción sobre lo que acaba de pasar. La incredulidad y la negación pueden surgir como un pensamiento de que el suicidio podría no ser real, lo que se considera como una reacción normal de nuestro cerebro a una noticia tan inesperada.
Ira. Sentir que tu ser querido te ha abandonado o te ha dejado, puede provocar ira. Este enojo no sólo está relacionado a la decisión que él o ella ha tomado, sino que puede ser contigo mismo o los demás, por no haber mirado con más atención las pistas que daban a conocer sus intenciones suicidas o por no haberse dado cuenta por lo que él o ella estaba atravesando.
Culpa. En el dolor, buscarás las razones por la cual tu ser amado eligió morir. Pensamientos como «qué hubiera pasado si..» o «si tan sólo hubiera hecho esto…», pueden ser recurrentes, pero es importante que entiendas que esta decisión fue el resultado de muchos factores en la vida de esta persona y no sólo un evento o una discusión en particular. Las personas que eligen el suicidio, normalmente sienten mucha desesperanza sobre sí mismas y sus vidas, por lo que eligen hacer esto como la única forma de liberarse de una vida llena de caos y desesperación.
Confusión. Muchas personas intentan encontrar algún sentido a la muerte de su ser querido para entender por qué se quitó la vida. Es probable que te encuentres con preguntas que no tienen respuestas, pero que aún así sigas sintiendo la necesidad de examinar todas las posibles razones por las cuáles él o ella eligió el suicidio como la forma final de resolver sus problemas.
Sentimientos de rechazo. Preguntarse por qué su relación no fue suficiente para evitar que él o ella decidiera morir es completamente válido. Podrás sentirte herido y cuestionarte por qué no te hizo parte de sus vivencias o por qué no compartió sus problemas contigo.
Los efectos de un suicidio, no sólo te pueden afectar emocionalmente, si no que también tienen una influencia en el ámbito corporal y mental. Es posible que estas emociones duren intensamente algunas semanas o meses, provocando pesadillas, flashbacks, dificultades para concentrarse, retraimiento social y pérdida de interés en las actividades habituales,
Busca apoyo.
Muchas personas tienen problemas para hablar sobre el suicidio y es posible que no sientan interés en comunicar lo que sienten, pero es vital mantener el contacto con tus seres queridos, amigos o personas que consideres líderes espirituales para obtener consuelo, comprensión y sanidad. Rodéate de personas que estén dispuestas a escuchar cuando necesites hablar, así como de aquellos que simplemente te ofrecerán un hombro en el que apoyarte cuando prefieras guardar silencio.
Tómate el tiempo que necesites.
Debes saber que no existe una única forma de sufrir. Si te resulta demasiado doloroso visitar la tumba de tu ser querido o compartir los detalles de su muerte, espera hasta que te sientas listo. Si se acercan fechas importantes como aniversarios, días festivos u otras ocasiones especiales, no te culpes si te sientes triste y siéntete en libertad de cambiar o suspender reuniones familiares si son demasiado dolorosas de afrontar.
Lo principal es tomarte tu tiempo y no apresurarte. Perder a alguien por un suicidio es un golpe tremendo, y la sanidad de ese proceso debe ocurrir a su propio ritmo. No te apures por las expectativas de los demás Si experimentas angustia o problemas físicos intensos, busca ayuda con un médico o psicológico, especialmente si crees que podrías estar deprimido. El duelo no resuelto puede convertirse en un duelo complicado, haciendo más complejo el reanudar tu vida.