La vida pasa en un soplo, o eso es lo que la gente dice, a veces parece que las semanas van volando, pero los meses van un poco más despacio, pero cuando miramos atrás, es increíble que hayan pasado 20, 30 o hasta 50 años, pareciese que todo se hubiese ido en un instante, pero no importa el tiempo que pase, aun nos costará mucho comprender aquel concepto de la muerte, sin embargo el tiempo sigue corriendo y no se detendrá porque no estemos preparados para la hora final. Entonces, la pregunta del título de este artículo es más importante que nunca: ¿Estamos listos para la muerte aun cuando estamos en la tercera edad?
Quizás este artículo tenga un respuesta directa y concisa sobre este tema, pero queremos darte datos interesantes sobre la investigación que hicimos sobre este asunto.
Empecemos por una interesante investigación que realizó la Universidad de Cambridge en el Reino Unido. Se hizo un estudio sobre la actitudes que tenían las personas mayores de 90 años sobre la muerte, una situación que realmente puede ocurrir cuando se tiene esa edad. Se realizó numerosas preguntas, una encuesta detallada sobre los razonamientos y emociones que evocan la despedida de este mundo, la respuesta más cercana a esta situación fue: No necesariamente tienen miedo a que suceda.
Esta investigación empezó a realizarse porque el número de personas con edad mayor a 90 años se triplicó en las últimas décadas en el Reino Unido, siendo una realidad que va de la mano con los avances de la medicina, que ayuda a que la calidad de vida de los británicos puede alargarse un poco más.
Entonces realmente existen pocas investigaciones sobre el comportamiento, pensamiento y sentimiento de un adulto mayor sobre la muerte ¿la esperarán con alivio? ¿estarán preparados para las decisiones finales en su vida? Con referente a la investigación, se entrevistaron más de 30 personas, las cuales presentaron un punto de vista nada común con referente a lo que se esperaría.
Una persona de 80 o 90 años ha tenido muchos años de experiencia, ha visto la muerte ir y venir, quizás ya se ha despedido de sus padres, hermanos, amigos o compañeros, entonces con el tiempo, esta visita mortal se vuelve como una constante en sus vidas. Es por eso que con el tiempo, se va perdiendo el miedo sobre el futuro y la visita final de la muerte. Muchos de los entrevistados se afianzaron esta situación con un «debo tomar cada día como viene», esto con una postura de gratitud por todos los momentos y experiencias vividas.
Muchos de los entrevistados admitieron sentirse dispuestos a morir, pero los motivos varían, algunos argumentaron que han vivido suficiente, que están cansados o que sienten que son una carga para los demás. Una de las declaraciones más resaltantes fue la de un entrevistado que suplicó que no lo dejen vivir hasta los cien años. Ahora cuando hablamos de la forma de fallecer, ahí es cuando las reacciones fueron totalmente diferentes. Muchos de los encuestados comentaron que su mayor suplica a la vida es poder fallecer tranquilos, sin dolores o grandes complicaciones, quizás acostados o durante el sueño de la noche.
La mayor apuesta es poder morir en paz.
Con respecto a alguna enfermedad terminal, la respuesta varió con una postura más esperanzadora, porque desearían poder sobrevivir antes de simplemente dejar que situación los consuma. Para la Universidad Cambrigde es fascinante estas reacciones porque se trata de un sector de la población que ha crecido, pero usualmente es ignorada a pesar de tener un punto de vista lleno de sabiduría.
Al final, lo que más quieren las personas de esta edad es morir tranquilos, sin dejar algún asunto en el tintero.
Conversar sobre la muerte en los geriátricos
Cuando visitamos este escenario, las perspectiva sobre este tema puede variar. En este caso, no se entrevistaron a las personas con mayoría de edad, sino a los asistentes de enfermería de estos centros o residencias. Estos especialistas explicaron que están calificados para tener conversaciones sobre la muerte, pero bajo todas las tareas, obligaciones y responsabilidad que tiene el trabajo, pues no hay mucho tiempo para conversar sobre este tema tan importante.
Algunas enfermeras admitieron usar estrategias para ayudar a los residentes a distraerse o ignorar por un momento su situación actual con referente a la muerte. «Muchas de estas personas de la tercera edad tienen enfermedades crónicas o terminales, entonces es normal que tengan una baja de ánimo o de incluso afecte su autoestima, así que tratamos de ayudarlos a sentirse aunque sea un poco mejor», declaró una enfermera.
Con respecto a dichas conversaciones, explican que hay dos grandes enfoques cuando se trata de la muerte: La falta de tiempo para realizar actividades que siempre han querido hacer y la tensión emocional que pesa sobre este asunto. Es por esto que los expertos han recomendado estas actividades que producen una distracción, todo para darles un poco de alivio y liberarlos de la ansiedad y estrés que pueden ser muy perjudiciales a su edad.
La muerte, una presencia constante
No importa realmente tu edad, la muerte siempre puede ser una visita inesperada y degradable en nuestras vidas, lamentablemente existirá el momento donde un ser querido o alguien que amamos se vaya y no podremos hacer nada al respecto. Sabemos que es un tema muy doloroso y que siempre es acompañado de emociones fuertes y sofocantes, pero se debe de entender que la muerte es parte de la vida y de nuestra existencia como seres vivos.
El paso más importante es aceptar la muerte, aunque sea muy dificultoso o casi imposible, es aquí cuando la podemos ver la vida desde un punto de vista diferente, nos da el incentivo para disfrutar cada momento, cada experiencia, cada situación y aun más cuando tenemos la compañía de un ser amado.
Date la libertad de conocer nuevas culturas, comidas, personas. Absorbe nuevos conocimientos, puntos de vistas, intercambia opiniones, confesiones y emociones. Esta vida pasa muy rápido y la muerte nos va a sorprender preparados o no para ella.