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Mitos y verdades del proceso de cremación

Tiempo de lectura: 2 minutos

¿En qué consiste el proceso de cremación? En líneas generales, se trata de la incineración del cuerpo en un horno crematorio, a través de la aplicación de mecanismos de alta temperatura, presión y vaporización. Los restos -cenizas- son depositados, generalmente, en urnas funerarias modernas que sirven para recordar al ser querido.

Es una de las alternativas que existen a la tradicional sepultación y que ha tomado fuerza en distintas partes del mundo. De hecho, se estima que para 2040 un 78,7% de las personas optarán por ser incineradas en Estados Unidos. 

¿Qué sucede en Chile? Hace algunos años, en el país el método no llegaba al 10%, aunque esta cifra puede que haya aumentado en vista del COVID-19 y los protocolos funerarios. 

Es posible que la baja popularidad obedezca a los mitos que rodean a esta práctica (y que en realidad tienen poco y nada de ciertos). 

Los mitos más comunes en torno a la cremación

Suele suceder que lo desconocido se ve envuelto en rumores y especulaciones. Es el caso de la incineración de cuerpos, en especial en nuestro país, en donde esta práctica es poco habitual. 

Para saber cómo es el proceso de cremación en Chile, primero hay que desmitificar algunas falsas creencias:

Se incineran varios cuerpos a la vez

Este, junto con la creencia de que a la hora de recibir las cenizas vienen mezcladas con las de otras personas, es de los mitos más comunes. 

En realidad, en Chile se prohíbe incinerar más de un cuerpo a la vez, es más, las cámaras son individuales. 

No existe certeza de que entreguen las cenizas correctas

Otro mito. En los crematorios se hace un trabajo acucioso de rastreo de la trazabilidad del cuerpo de principio a fin, para garantizar que las personas reciban las cenizas correspondientes a su ser querido. 

Muchas de estas organizaciones incorporan identificadores y muestras de las huellas dactilares de la persona fallecida. Cada ánfora tiene un código de identificación, lo que asegura que las cenizas que se depositan en su interior sean las correctas. 

La Iglesia católica no permite la cremación

Si bien esto fue cierto durante muchos años, en 1963 la Iglesia católica autorizó la incineración de los cadáveres. Eso sí, indica seguir algunos lineamientos al respecto, tales como no conservar las cenizas en casa, sino que dejarlas en un lugar sagrado (cementerio). 

Tampoco permite la división de las cenizas entre los familiares, o el esparcirlas en el aire, el agua o la tierra, así como tampoco convertirlas en joyas. 

El cuerpo se “sienta”

Popularmente se cree que, con el fuego, los nervios y tejidos se encogen, haciendo que el cuerpo se “siente” dentro de la cámara. 

Sin embargo, en realidad el cadáver no recibe el fuego directamente; lo que se hace es aumentar la temperatura de la cámara haciendo que el cuerpo se deshidrate paulatinamente, y no se prenda hasta el final. 

Los marcapasos pueden explotar

Esto sí es cierto, pero no sucede, ya que a las personas fallecidas que llevan marcapasos se les extrae este aparato, precisamente para evitar este problema. 

La cremación es costosa

En comparación con un nicho, la incineración es una alternativa algo más económica, siendo el ánfora básica el precio de partida. 

Una de las opciones de urnas funerarias modernas es la Urna Bios, una opción ecológica especial –que ofrece Funeraria Inmemoria- para quien quisiera perpetuar, a través de la naturaleza, el recuerdo de su ser querido. Con ella, puedes hacer crecer un árbol junto a las cenizas de quien amas. 

 

Ahora que ya sabes cómo es el proceso de cremación en Chile, y has despejado algunas dudas al respecto, considera esta opción para ti o tus seres queridos. 

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