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Higiene personal en niños: ¿Cómo tratarla?

Tiempo de lectura: 3 minutos

El concepto de higiene es tan abarcante que no solo involucra el aseo de nuestro cuerpo. Gracias a este término, son conocidos otros hábitos que contribuyen con el mejoramiento en la salud. Ahora bien, es momento de conocer los mejores consejos sobre higiene personal en niño, para que crezcan sanos y en un entorno completamente saludable.

¿Qué es?

Este tipo de higiene es fundamental como el de adultos. Si un niño no es capaz de seguir patrones o hábitos de higiene, estará expuesto a una serie de enfermedades o microbios que ataquen su organismo. Posteriormente, podrían aparecer padecimientos incómodos como diarrea, lombrices en el estómago o vómitos. Por si fuera poco, estas enfermedades hacen desprender malos olores hasta el punto de sufrir rechazo en la escuela y en el propio hogar.

La higiene personal en niños es tarea de todos: tanto en hogar como en la escuela. En el primer caso, son los padres quienes enseñarán los hábitos esenciales para que el infante reconozca en este aseo un método interesante para garantizar su bienestar. Luego, en la institución educativa se reformarán los hábitos del hogar. De no ocurrir así, el niño será objeto de fracaso educativo y de adulto presentará problemas laborales. En cuanto a las relaciones personales, serán complicadas, porque una persona que goza de higiene plena, no está conforme en rodearse con sujetos que no cumplen hábitos básicos.

Si los padres son el mejor ejemplo de cepillarse 3 veces al día, bañarse diariamente y demás actitudes higiénicas, el niño reflejará esas acciones para imitar las conductas de sus progenitores. Tampoco es favorable que los padres estén por encima de sus hijos, indicándoles lo que deben hacer. Por su cuenta, ya ellos experimentan hábitos adquiridos por imitación.

Cuidados esenciales

De acuerdo a la opinión de los médicos y pediatras, esta son algunas consideraciones para mejorar la calidad de vida en un niño:

Higiene en la piel: La mejor recomendación en este caso es el baño diario, que combate la piel reseca y la suciedad. Con ello, mejora la humectación de su piel y mantiene sus partes íntimas libres de irritación o incomodidad a través de su sudor. Sería idóneo la utilización de esponjas suaves que no maltraten su piel o implementar un gel anti-bacterial en caso de haber jugado con tierra u otros elementos que ensucian con rapidez.

-Higiene del cabello: Las secreciones en el cuero cabelludo son notorias si un niño está en contacto permanente con el polvo. Mientras más pequeños estén y conviven con otros niños de higiene escaso, son vulnerables a los piojos. Por esto es vital que los padres periódicamente evalúen el cuero cabelludo de sus hijos, para descartar la presencia de estos agentes que maltratan el cabello y genera comezones incómodas para los infantes.

-Limpieza de manos: Ellas son el principal umbral por el cual las enfermedades hacen acto de presencia en los niños. Lavar con agua y jabón es la solución perfecta para que los infantes permanezcan sanos frente a los microbios que tienen acceso en unas manos que no están limpias. Si ha tocado juguetes sucios, tierra o basura, son los padres quienes deberán lavar minuciosamente sus manos, dependiendo de la edad que tengan sus hijos.

No hay que dejar en un segundo plano las uñas de los niños. Es indispensable que ellos permanezcan con sus uñas cortadas y limpias, porque al igual que las manos en plenitud, en ellas se acumula el sucio por jugar con animales o por tocar arena.

-Higiene en los pies: Es básicamente el mismo cuidado que cualquier niño debe tener sobre sus manos. Igual que el caso anterior, es pertinente mantener las uñas cortas y en buen estado, para que no desprendan malos olores producto del sudor o estar con los zapatos puestos gran parte del día escolar.

En el oído: Limpiarse el cerumen constantemente reduce el riesgo que el niño pierda parcialmente la audición. Eso si, los padres tendrán que apoyar en esta tarea, de tal modo que el infante no introduzca hasta el fondo el bastoncillo hasta dañar su oído. Además de eso, estaría empujando el cerumen hasta el fondo, ocasionando tapones severos que reduzcan la capacidad de escuchar.

-Cara y ojos: Es de gran ayuda lavarse la cara al despertar, para remover las lagañas y refrescar la piel de la resequedad.

-Nariz: Eliminar rastros de mucosidad dentro y fuera de la nariz es fundamental para que no se haga notoria la presencia de gripe u otras enfermedades respiratorias. Aparte, contribuye a mantenerla despejada para una óptima respiración. Desde pequeños, hay que acostumbrarlos al uso de un pañuelo cada vez que estornuden.

Higiene bucal: Sin intenciones en ser víctimas de mal aliento, a los niños hay que enseñarlos en cuanto al cepillado diario, unas 3 veces al día luego de cada comida. Si esta tarea resulta repetitiva o aburrida, los padres tendrán la misión de hacer este hábito más recreativo o incentivarlos mediante el juego. Cantarles al ritmo del cepillado o hacer que ellos lo hagan de diversas formas, son actividades didácticas que fomentan su importancia.

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