Aunque puede ser un mito, el realizar actividades para dispersar la mente es una realidad que no podemos tapar con un dedo. En todo instante en el que deseamos escapar momentáneamente de una situación, nos ocupamos en otra hasta encontrar la calma dicha alteración mental.
Los pasatiempos nos ayudan a disipar de la mente de las ideas que abruman el pensamiento, y le brinda la posibilidad de reflexionar con mayor asertividad una determinada respuesta a un hecho directo o indirecto. El ser humano es un ser completamente emocional, instintivo y primitivo que tiene acceso al raciocinio, sin embargo, ante noticias de alto impacto esta capacidad que nos diferencia de los animales se pierde en algunos casos por completo y está en cada uno recuperarla, bien sea de forma natural o con ayuda profesional.
Existen ideas, herramientas que permiten sobrellevar el duelo, recordando que éste es un proceso por el que todo ser pasa en determinado momento de su vida. Es importante reconocer que cuando un ser querido muere, ocurren una serie de emociones como la de injusticia, culpa, dolor y tristeza inimaginable. No existe una fórmula mágica ni nada externo que cure este sentimiento, sin embargo, existen pequeñas acciones en positivo que generaran cambios en la percepción de cómo se ve y cómo se vive el duelo.
Las emociones en su mayoría responden a estímulos de carácter físico, y esa es la clave en estos casos. Levantar el ánimo con acciones cotidianas es un escape sano, natural y necesario. No a todas las personas que viven un proceso de duelo les sirve, muchos tienen su propio bagaje para lidiar con estas circunstancias.
La estabilidad es el primer paso
El organismo responde a procesos biológicos naturales, como lo es el sueño.
Dormir naturalmente 8 horas es lo adecuado para que el cuerpo se regenere, a la par que lo hace el cerebro. Si este sueño cuesta conciliarlo, busque ayuda médica profesional para estimular por otras vías.
El tomar siestas en la tarde si se tiene problemas para dormir de noche, puede ser peligroso, sin embargo, un sueño reparador es mejor que la vigilia causada por la ansiedad. Busque regular naturalmente estos eventos, realice actividades que demanden tiempo y energía durante el día para forzar sanamente al organismo a descansar en la noche.
El ejercicio físico
Realizar actividades de ejercicio físico como caminatas, yoga, y hasta bailoterapia pueden resultar positivos para drenar el dolor que causa el proceso de duelo. En el caso de las caminatas, lo recomendable es que sea en las mañanas para oxigenar el cerebro, hacer ejercicios de respiración y tener contacto lo más posible con la naturaleza.
Los extremos son malos consejeros
Convertirse en un “workaholic” o en un adicto al trabajo no es la respuesta ni la solución a ninguna situación, y menos a la de vivir un duelo. Aunque al principio pueda ayudar, el refugiarse en el trabajo consume energía vital, agota la mente y juega con las emociones a tal punto del desespero p0or situaciones triviales.
Busca socializar, o ayuda profesional
Conversar con un amigo, familiar o incluso un terapeuta puede ayudar a depurar los sentimientos negativos, socializa en la calle, conoce nueva gente, y busca siempre el apoyo de las personas cercanas a ti. Es probable que si es una perdida mutua, no seas la única parte que se sienta triste, abrumado y cansado de la situación. Sé parte de la solución.
Aunque se crea, el conversar con niños en estos casos puede ser una gran herramienta. Ellos poseen una perspectiva complemente pura e inocente que sirve de cable a tierra para esas emocionalidades.
La culpa y la necesidad de respuestas
Si existen factores que en el pasado te hicieron sentir incómodo y aun lo hacen por los recuerdos y la perdida de ese ser querido, el primer paso aunque sea cliché, es el perdón propio. Es un trabajo arduo, del que se toma consciencia solo cuando así lo deseamos. Siempre habrán dos opciones, ser la victima del dolor o ser un paraguas de sonrisa y luz, ¿de qué lado quieres estar?
Esto sin dejar de lado el duelo
Al brindar estos consejos, no es a manera de evitar que llores y que se presenten días en los que no haya ánimo de levantarse de la cama. Es normal, somos seres emocionales que por más conscientes seamos, las emociones podrán un poco más en la mayoría de las ocasiones.
Si tienes ganas de llorar, llora. Si no tienes apetito y solo te provoca un helado… pues un gusto para el alma es necesario.
Dedícate tiempo a ti
Subir el ego, ser un poco banal y pretencioso puede ayudarnos a sentirnos mejor con nosotros mismos. Ve al estilista, arréglate, cambia de look. Los cambios no aparecen a menos que nosotros mismos los construyamos.
Así estés triste, sonríe
Los músculos de la cara al sonreír le mandan señales al cerebro de felicidad, estabilidad y tranquilidad. Sonríe, te queda bonito y es por tu bien. Y por último:
Practica las tres reglas de la felicidad:
Tener algo que hacer, alguien a quien amar y tener esperanza.