La muerte es una etapa importante en la vida de cualquier ser humano, es el punto final de nuestra existencia en este momento de historia. Muchos dirán que no solo se trata del tiempo, sino también del traslado de nuestra alma a otro plano existencial, pero sin lugar a dudas es un tema muy importante, pero del cuál no se habla mucho. Un grupo de la sociedad es el más vulnerable y el más ignorante al respecto, es aquí cuando hablamos de los más pequeños en casa. ¿Por qué no le hablamos a nuestros hijos sobre la muerte y el impacto que puede tener en la vidas de nuestros seres queridos cuando ya no estamos? En este artículo te vamos a hablar del porqué es importante hablar sobre este tópico a los niños y cómo los puede beneficiar en un futuro ser más conscientes sobre esta etapa terminal de la vida.
Durante el crecimiento de todo niño, nos esforzamos en enseñarles valores, buenos hábitos y cómo formar relaciones interpersonales, esto lo hacemos mediante la formación de su identidad y su orientación vocacional, pero debemos ayudarlos a reconocer el sufrimiento en diferentes situaciones y una de ellas es el luto.
Lo más importante es poder enseñar a los niños a que existe la muerte. El reconocimiento de esta etapa culminante de la vida es importante, porque así nos da tiempo de enseñarle que el dolor es un sentimiento que se hace presente cuando un ser querido fallece. El punto más resaltante es darles a conocer que el dolor es una constante en el luto, pero eso no quiere decir que no se pueda sobrellevar en el proceso.
Por eso es que el conocimiento y aprendizaje sobre el luto debe comenzar en casa, pero debe ser altamente complementado en las unidades educacionales. Pedagogos recomiendan que a veces se debe aplicar el tema de la forma más fría posible (sin ser cruel), porque así se pueden incorporar elementos de comprensión e interpretación. Esto ayuda al infante a sufrir menos, porque logra reconocer la situación y gradualmente podrá tener un mejor control de las emociones.
El mayor problema que ocurre alrededor de este tema es que la muerte es un tópico tabú. Cuando la situación se presenta, la mayoría de las personas no saben cómo actuar cuando el dolor es muy grande.
En esta instancia, la meta final de la enseñanza sobre la muerte es «no prepararse para no sufrir, sino para condicionar y preparar al infante (que en un futuro será adulto) en manejar de mejor forma sus emociones frente a situaciones como estas».
Las escuelas y su misión
Muchas padres podrían mostrarse preocupados sobre la forma que se debe tratar el tema, finalmente nadie quiere que un infante se enfrente de forma tan directa con el concepto tan ambiguo que posee la muerte, por eso que existen muchos docentes que tienen propuestas interesantes sobre este tópico.
Existen dos grandes propuestas, la primera sería realizar clases dedicadas a la muerte y el luto como situaciones que se encuentra correlacionadas , todo esto con tutorías con espacios abiertamente adecuados. La otra opción es tocar el tema de forma parcial, como una constante que se encuentra presente en nuestras vidas, es por eso que los docentes ejemplifican usar este tema en clases como Lenguaje, Geografía e Historia.
Otra arista dentro de las propuestas es realizar talleres o intervenciones puntuales, no obstante debemos aclarar que la idea no es obsesionarse con la muerte, sino que debe ser tratado como una tema natural de la vida.
La forma de abordar el tema también va a depender mucho sobre la edad que tengan los escolares. Los infantes deben construir su propio concepto de la muerte y esto solo podrá ser posible si se les trata con mucho cariño y se les enseña a expresar lo que sienten. En este caso, el psicólogo educativo tendrá una presencia muy importante, porque es quien nos dirá como se debe tratar este tema frente a los infantes más pequeños, los cuales todavía están diferenciando los conceptos de realidad y fantasía.
En cuanto a los infantes/adolescentes, se puede hablar de este concepto de forma más directa y con su merecida profundidad, puesto que ya reconocen el dolor como una emoción, aparte que dentro de las conversaciones se pueden dar argumentos que aporten mayor comprensión.
La religión
La religión es una constante que acompaña a la muerte cuando tratamos de entenderla. Las creencias religiosas pueden ser una gran ayuda para comprender el proceso del luto, pero esto solo puede colaborar si dichas ideas no son extremistas o fanáticas.
La religión puede ofrecer un gran consuelo sobre estas penosas situaciones, porque nos da la creencia que existe algo más allá de la muerte, que es un puente donde todos podremos reencontrarnos con nuestros seres queridos.
El apoyo
Un infante podría estar experimentando por primera vez lo que es el luto, en esto caso la escuela debe prestar un apoyo incondicional para apoyarlo y ayudarlo para que pueda digerir todas estas nuevas emociones que lo invaden y, a su vez, mantenga su interés en aprender y superar todos los desafíos académicos que se le enfrentan a su edad.
Esta tarea debe ser realizada de forma complementada con la escuela y los apoderados, porque así el infante se sentirá seguro y apoyado. Recuerde que la muerte es una tema tan abstracto que incluso un adulto no sabe comprender un 100%.
Si usted siente que su hijo está presentando problemas de conducta o que no puede manejar actividades sencillas en su entorno, entonces le recomendamos que asista con un especialista para que lo ayude a usted como apoderado a saber cómo abordar esta situación.
La salud mental es primero
Como adultos, también debemos tomar en cuenta que nosotros también podríamos experimentar la amarga sensación del luto. El dolor, la nostalgia, la gran sensación de la pérdida podría hacernos perder el rumbo en muchos aspectos de nuestra vida. No obstante, jamás debemos abandonar a nuestros hijos, quienes también pueden estar pasando por la misma situación. Quizás es muy difícil ponernos en este contexto, pero es nuestro deber como padres, mostrar y dar toda la estabilidad posible a los más pequeños de la casa, quienes están experimentando algo tan complicado.