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Las 5 etapas de la aceptación de una enfermedad crónica

Tiempo de lectura: 3 minutos

Aceptar el diagnóstico de una enfermedad crónica es similar al proceso que se vive dentro de un duelo cuando perdemos a un ser querido, ya que ambas etapas requieren afrontar un tipo de pérdida y en este caso es el de la salud. Hoy en la entrada de nuestro blog, presentaremos cinco etapas para la aceptación de esta nueva realidad que la doctora Kluber-Ross, psiquiatra y experta en pérdidas y duelo, ha identificado para poder ayudarnos a entender el proceso de un diagnosticado con enfermedad crónica.

1. La negación

La primera reacción de defensa que tiene el humano para defenderse de los diagnósticos negativos es la de no aceptar esa realidad, ya que nos permite amortiguar el dolor de una noticia fuerte e inesperada . Es una método de defensa mental ante las malas noticias.

Por ejemplo: Si un ser querido recibió el diagnóstico de una enfermedad crónica, puede que su método de negación sea pensar que el médico recibió un informe erróneo del laboratorio o puede tender a negar la gravedad de la enfermedad para impedir que lo inquiete. Hay que llevar cuidadosamente la negación de esta enfermedad en nuestros familiares, ya que pueden tomar formas extremas tales como pensar que éstas tienen soluciones simples y no lo abordan con la delicadeza que deberían. Es necesario saber, que detrás de la negación hay sentimientos de miedo y temor, sobre todo al tener poca información sobre la enfermedad. Es probable que el círculo cercano del enfermo también desconozca del tema, por lo que sentirse solo es parte de esta etapa. La mejor alternativa para salir de ella, es aprender todo lo que se pueda de la enfermedad y ver cómo mejorar la calidad de vida a través de  fuentes confiables.

2. El enojo

Cuando la enfermedad comienza a ser evidente, surgen emociones relacionadas con el enojo o la ira. Es posible que surjan preguntas o frases tales como “¿por qué a mí?” “¿merecía yo esto?” o “¡No es justo!”. El diagnosticado no sólo puede sentir una una ira hacia el mismo, sino con el entorno, tales como los especialistas y médicos, culpándolos de no haberlos diagnosticado a tiempo o con la familia y amigos por no entender a cabalidad por lo que está pasando el ser querido. Es necesario saber que concentrarse en el enojo sólo aumentará el estrés, el dolor y a su vez, el dolor provocará el aislamiento de las personas que sí necesita a su lado en estos momentos. La recomendación de Hogar Inmemoria es canalizar el enfado para concentrarse en el tratamiento más adecuado para mejorar el estilo de vida.

3. Negociación

Hay que saber que la enfermedad crónica no es un castigo por haber hecho algo mal; sin embargo muchas personas intentan llegar a acuerdos con otros o ellos mismos para poder evitar la realidad de la enfermedad. Un ejemplo sería cuando hacen compromisos con mejorar su calidad de vida para poder hacer desaparecer la enfermedad: “Si hago más donaciones, no sufriré más esto” “Si sólo como cosas dulces los fines de semana, no afectará a mi diabetes”.

4. Depresión

Los problemas de salud no sólo afectan el cuerpo, si no también la salud mental. Al perder la esperanza de una buena salud en la vida, vienen pensamientos tristes o autoestima baja donde la persona diagnosticada cree que perderá la capacidad de hacer las cosas que antes hacía normalmente. Los pensamientos de que él o ella no sirve para nada son recurrentes, pero es importante  recordar que cuanto más se aprenda de cómo manejar la enfermedad, mejor será el conocimiento sobre qué actividades ayudan a la calidad de vida y cuáles desencadenan crisis. Además, se tendrá conocimiento sobre los tratamientos y podrá poder vivir tranquilo y en paz.

5. Aceptación

Una vez pasadas las cuatro etapas mencionadas anteriormente,  la persona comenzará a aceptar la enfermedad como parte de su vida. Como lo hemos mencionado, es importante que la persona afectada reconozca que la oportunidad de tener una vida feliz y esperanzadora radica en la comprensión de la enfermedad y en el compromiso de vivir con la enfermedad sin poner limitación extras a lo que ya la enfermedad origina.

Es importante saber que no hay fechas ni tiempos exactos sobre cuánto debe durar cada etapa ya que todos los humanos son distintos y que es necesario ir paso a paso siendo conscientes del cuerpo y de las emociones y que, en los momentos en que sentimos las etapas de tristeza o frustración, una buena idea es pensar en todas las personas que padecen esa enfermedad para estar en contacto y pedir ayuda para superarlos.

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