Crecimos con la noción de que los abuelos no serían para siempre, pero nunca se está completamente preparado para afrontar la partida de ellos. Para muchos, esta puede ser la primera ocasión en la que deben enfrentar el fallecimiento de un ser querido, por lo puedes sentir que las emociones que estés viviendo son nuevas y desconocidas. Al perder un abuelo, no somos los únicos sufriendo, sino que estamos rodeados de otros familiares que también están de duelo: nuestros propios padres, nuestros hermanos e incluso nuestros primos también están experimentando una pérdida importante en sus vidas. Hoy hablaremos sobre la pérdida de un abuelo y cómo llevar un duelo sano.
Viviendo el duelo.
Lo primero que debes saber es que el proceso que vivirás después de verte enfrentado a la pérdida de tu abuelo, se llama duelo y está lleno de emociones intensas. Muchas veces nuestros abuelos son como nuestros propios padres y esta realidad puede ser particularmente difícil para nosotros. Como mencionamos anteriormente, no serás el único de tu familia pasando por esto y para acompañarse, es esencial estar comunicados como familia y poder apoyarse entre todos. La clave es equilibrar tus necesidades o penas con las necesidades de los demás.
Emociones que puedes sentir.
Después de perder un abuelo, una de las principales emociones que puedes vivir, está relacionado con los sentimientos de arrepentimiento: lamentar no haber pasado más tiempo con ellos o no haberle hecho todas las preguntas que teníamos sobre sus vidas o la familia, son los cuestionamientos que se tienden a hacer de manera más precipitada. Esta es una emoción válida, pero no dejes que esos pensamientos sean más grandes que los recuerdos que sí tienes de ellos, las experiencias vividas o las anécdotas que quedarán siempre en tu memoria. Tu dolor es un reflejo de tu relación única con tu abuelo, ya que fueron personas muy especiales en nuestras vidas, pero es esencial apreciar y honrar los recuerdos que tenemos con ello.
Esta puede ser tu primera experiencia con la muerte.
En promedio, hay más de 47 años entre abuelos y nietos. Con tal diferencia de edad, muchas personas experimentan la muerte de al menos uno de sus abuelos en la infancia o en la edad adulta temprana y, para muchos, esta será su primera experiencia con una pérdida. Experimentar la muerte de un ser querido por primera vez puede ser confuso y aterrador y puede llevar a preguntas sobre la muerte, las experiencias relacionadas con la muerte.
Debes saber que la muerte de cualquier miembro de la familia puede tener un impacto para la familia en su totalidad. La muerte de un abuelo a menudo se siente muy profundamente para muchos miembros de su familia, ya que todos construyeron junto a ellos sus propias historias y apegos. Dependiendo de las circunstancias que vivas con tu familia, puedes llegar a sentir que tienes que priorizar las necesidades de otros en tu familia antes de atender su propio dolor y bienestar, sin embargo – como mencionamos anteriormente- la clave es tener un equilibrio entre lo que tú vives y el apoyo que le quieres dar a tu familia.
Es importante saber que cuando todos vivimos la aflicción juntos, es cuando más logramos compartir nuestras tristezas, nuestros miedos y nuestros recuerdos alegres, y así podemos dar y recibir más apoyo y consuelo que si tuviéramos que llorar solos.
Estar juntos.
Sería ideal si todas las familias pudieran llorar y estar juntas, sin embargo, sabemos que a menudo esto no pasa así. A veces, las emociones intensas, los estilos de duelo, posibles malentendidos e incluso las peleas pueden dificultar que las personas se apoyen mutuamente. Además, es común que las generaciones mayores- como la de tus padres – quiera establecer el tono y la forma en la que quieren que se viva la muerte de tu abuelo, lo que puede ser diferente a cómo le gustaría enfrentarlo, por lo que es importante comunicarse para que todos puedan vivir duelos sanos.